NACIONES UNIDAS, 21 abr (NNN-UNIS) -- El recrudecimiento de la violencia en el estado sudanés de Darfur del Norte ha provocado una nueva ola masiva de desplazamientos, afectando entre 400,000 y 450,000 personas que huyen de ataques en campamentos como Zamzam y Abu Shouk. Muchos buscan refugio en áreas remotas como Tawila o Jebel Marra, donde carecen de acceso a servicios básicos como salud, agua potable y alimentos.
Según la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA), los movimientos de población son impredecibles y están impulsados por las hostilidades en curso y el temor a una ofensiva más amplia sobre El Fasher. La coordinadora humanitaria, Clementine Nkweta-Salami, denunció la gravedad de las violaciones contra civiles y personal humanitario, subrayando que "los civiles nunca deben ser un objetivo".
La situación se agrava por el aumento de la inseguridad alimentaria y el riesgo de epidemias, desnutrición y hambruna. El acceso humanitario sigue siendo limitado, y el financiamiento insuficiente pone en peligro los programas de emergencia. Nkweta-Salami urgió a los donantes a fortalecer el apoyo a través de mecanismos como el Fondo Humanitario de Sudán.
Desde el inicio del conflicto en abril de 2023, más de 12,4 millones de personas han sido desplazadas en Sudán, incluidas 3,3 millones que buscaron refugio en países vecinos. Darfur sigue siendo una de las regiones más afectadas, con enfrentamientos intercomunitarios que exacerbam la crisis humanitaria.
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